Evidentemente, el coronavirus a afectado a todos los ámbitos de nuestra salud, tanto física como mental, pero también han cambiado nuestros hábitos, y todo ello repercute en uno de nuestros sentidos más importantes, los ojos.
Por un lado, hemos tenido que reorganizar visitas y reprogramar pacientes para evitar aglomeraciones en las salas de espera y todos, médicos y pacientes, hemos adaptado las medidas higiénico-sanitarias en las visitas, mascarillas, gafas, máscaras, lavado de manos y limpieza de los aparatos después de cada uso.
¿Cómo afecta el virus SARS-Cov-2 a los ojos?
Uno de los primeros síntomas descritos en la variante inicial proveniente de China es la conjuntivitis. Es una conjuntivitis folicular que produce ojos rojos, aumento de las secreciones, sensación de cuerpo extraño y molestias al utilizar las lentes de contacto. El virus está presente en la lágrima y en las secreciones oculares por lo que se deben extremar las medidas higiénicas como lavado de manos y no compartir toallas. Debe descartarse ante todo paciente con conjuntivitis vírica que presente también síntomas generales (fiebre, tos, pérdida de gusto/olfato. Generalmente es leve y responde bien a los tratamientos convencionales. #conjuntivitisvirica #conjuntivitisporcoronavirus
A más largo plazo, la activación de la inflamación y la hipercoagulabilidad que produce el virus puede favorecer la aparición de enfermedades vasculares oclusivas en pacientes jóvenes y sin factores de riesgo, como las trombosis venosas y las neuropatías ópticas isquémicas. Su frecuencia aún no está establecida y se han descrito tanto en pacientes asintomáticos como en pacientes más graves. Aunque es una enfermedad más severa, y en algunos casos de mal pronóstico visual, la mayoría responde bien a los tratamientos con inyecciones intravítreas de antiangiogénicos. #trombosisycovid
El neurotropismo (afinidad del virus por el sistema nervioso) y la alteración de la inmunidad se ha asociado a casos de parálisis motora y diplopia (visión doble).
¿Han cambiado nuestros hábitos visuales?
Durante la pandemia y en los sucesivos confinamientos todos hemos aumentado el uso de pantallas y dispositivos móviles. Se produce a nivel personal, laboral como consecuencia del teletrabajo o incluso en el ámbito educativo o en el ocio. Estas situaciones requieren un extra de esfuerzo visual por lo que aparecen o se exacerban síntomas de fatiga visual, sequedad ocular, defectos de acomodación o excesos acomodativos.
La fatiga visual ocular es la más común. Se caracteriza por picor y enrrojecimiento de ojos, sensación de arenillas, dolores de cabeza, fotosensibilidad y aumento de las manchas volantes (miodesopsias). Se recomienda para minimizarla el uso de antirreflejantes, trabajar con luz adecuada, preferiblemente natural, minimizar el brillo de la pantalla y/o colocar filtros protectores. También es muy útil tener a mano lágrimas artificiales pues en los trabajos de fijación disminuye la frecuencia de parpadeo. Por último, no debemos olvidarnos de la regla 20-20-20 (cada 20 minutos de trabajo mirar al menos 20 segundos a más de 20 metros). #fatigaocular #pantallas
¿Qué repercusión a largo plazo se espera del cambio de hábitos?
Sin duda, el defecto refractivo que se asocia a la visión cercana y a la falta de tiempo al aire libre es la miopía. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el 2050 el 50% de la población será miope. A su vez, la miopía no es sólo un defecto de graduación sino que se asocia a catarata precoz y glaucoma, riesgo de déficit visual grave y/o la adaptación de ayudas de baja visión. Es por ello que los profesionales recomendamos que los padres controlen el uso de pantallas y dispositivos electrónicos en los niños, que éstos pasen al menos 1 hora al día al aire libre y utilicen al máximo la luz natural para sus actividades de visión cercana (estudiar, deberes, etc). #miopia #miopiamagna
¿Cómo afecta el uso de la mascarilla a mis ojos?
El aire que soltamos al respirar tiende a escaparse por la parte superior de la mascarilla lo que suele producir por el calor y la humedad empañamiento de los cristales. Esta situación tan incómoda puede minimizarse ajustando bien el perfil metálico de la mascarilla en la nariz o creando pliegues laterales para que el aire salga por el lateral de la mascarilla. #mascarillasycoronavirus
Además el uso prolongado de la mascarilla empeora los síntomas de ojo seco y la piel en casos de dermatitis atópica o rosácea.
Como hemos visto, el coronavirus está suponiendo un reto para todos, médicos y pacientes, y juntos debemos adaptarnos para hacer frente a sus consecuencias.
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